Finalizado el gobierno de Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876), Aníbal Pinto Garmendia asumió la presidencia de la república tras vencer a su contendor, Benjamín Vicuña Mackenna, ejerciendo la primera magistratura durante el período 1876-1881.
Desde un comienzo, su gobierno debió enfrentar una aguda crisis económica mundial que prácticamente paralizó al país entre 1876 y 1879. La penuria y el déficit fiscal impidieron emprender obras públicas, crear empleos, aumentar sueldos y cancelar pensiones. Entonces, su administración se vio obligada a decretar la inconvertibilidad de los billetes con el fin de salvar el sistema bancario de la bancarrota.
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